El Tatio es el campo geotérmico más importante y emblemático de Chile y Latinoamérica y el tercero en importancia en el mundo, tanto por sus características geológicas e hidrotermales como por su historia y desarrollo. El campo está ubicado en el sector cordillerano de la región de Antofagasta, a una altitud de 4.290 m s.n.m., a 65 km al noreste de la localidad de San Pedro de Atacama y a 7 km de la frontera con Argentina.
Posee múltiples manifestaciones hidrotermales tales como pozas de agua caliente y de barros hirvientes, fumarolas y vertientes termales. Sin embargo, son sus géiseres, o erupciones hidrotermales, los que le otorgan la importancia a este geositio, pues corresponden al 8% de estas expresiones a nivel mundial. Asimismo, las colonias de cianobacterias asociadas a los extensos depósitos de sínter silíceo aportan un gran valor al patrimonio geobiológico mundial, ya que este campo es un sitio único para el estudio y comprensión del origen y evolución de la vida.
Su origen geotérmico se asocia a la presencia, en profundidad, de rocas volcánicas muy permeables, denominadas Ignimbrita Río Salado e Ignimbrita Puripicar, del Mioceno Superior (9 millones de años) y Plioceno Inferior (4,3 millones de años), respectivamente, y a la existencia de estructuras geológicas que generaron una trampa, o reservorio, con estas rocas. Así, se originó un sistema que permite la acumulación y circulación de fluidos a altas temperaturas, que llegan a 280 ºC en profundidad y a 86 ºC en la superficie, a 4.200 m s.n.m. Estos fluidos a altas temperaturas provienen de las calderas volcánicas Pastos Grandes y Cerro Guacha, ubicadas en territorio boliviano.
Las características de El Tatio hacen que sea considerado por las comunidades originarias atacameñas y quechuas como un sitio ceremonial sagrado, un lugar donde se reúnen energías internas con las que la Tierra manifiesta la plenitud de la vida.